First post on: Saturday, December 22, 2007
Toda la vida he sido mas grande que las demás, me refiero en circunferencia. Gordita, rechonchita, pesadita, como quieran llamarle. Cuando bebé era chulita, con unos cachetitos que hacían ver a los nenitos de Welch’s como idiotas. Mi niñez no fue diferente a ninguna otra, a todos los niños los molestan los demás, ya sea a los cuatro ojos, los orejones, los narizones, los dientones y en mi caso en particular, los gorditos. Vaquita, ballena, piggy, gorda, son solo parte de los sobrenombres que tuve durante mi niñez. Jamás se me olvida un día que mami fue a comprarme un pantalón para un casual day y la estúpida vendedora se escandalizó con el size “ Estás demasiado gorda para tu edad, tienes que rebajar mija sino nadie va a querer ser novio tuyo” así me dijo la boba aquella, tenía 11 años y pesaba como 155 lbs y aunque si estaba bien gordita ella no tenía derecho a tratarme de esa manera. Recuerdo que aguanté las lágrimas, como siempre y cuando llegué a casa lloré en mi cuarto. No era la primera vez que lloraba por eso y no sería la última. Ella tenía razón aunque tuve mil amigos varones, de eso he escrito mil veces, ninguno era novio mío, si de mis amigas, pero mío ni pensarlo.
Recuerdo que comencé a hacer dieta en octavo grado, la edad esa en la que quieres que te miren con otros ojos, ninguna funcionaba porque duraban dos días. Tenía mil recortes de revista con dietas y ejercicios y con fotos de chicas hot. No fue hasta grado 10 cuando cumplí mis quince años que hice una dieta que funcionó. Mi desayuno unas galletas export soda, almuerzo un sandwich de jamón y queso de dieta en pan integral y cena pues, esa la omitia. Así logré bajar par de libras, como cuarenta en total. Ahí me comenzaron a mirar, a fijarse mas en mi, y yo me sentía por primera vez, bastante normal. En mi mente eso era lo que entendía era como se suponía que me viera, pero mi mente no necesariamente estaba correcta.
Cuando conocí a Carlos, mi esposo, ya había aumentado como 10 lbs pero me veía bastante bien, bastante normal según los estándares que impone la sociedad. Luego llegó la universidad y entre las nuevas responsabilidades comencé a comer de nuevo y aumenté todo lo que había rebajado. La manera de lidiar con el sobrepeso era andar siempre vestida con lo último, maquillarme, oler bien, eso contrarrestaba un poco el hecho de que tenía par de lbs de más. La gente se concentraba en la ropa y no en los chichos. Me casé y a eso se añadieron 10 lbs más. Ahora mismo peso lo mismo que pesaba a mis 15 años y en mi caso eso no necesariamente es positivo (ja!).
Toda mi vida ha consistido en hacer mil dietas, esas que se comienzan todos los lunes y se quedan a mitad de semana. Ya a mi edad he aceptado el hecho que puede que nunca pese 110 lbs y saben que? It’s ok with me. Cuando me miro al espejo no veo algo horroroso, no veo una modelo, pero acá entre nos, el reflejo es pretty darn hot to me. Creo que tantos años de lidiar con esto me han hecho mas fuerte, me ha hecho forzarme a aceptarme como soy, a lidiar con mis inseguridades, a trabajar en ellas. Aceptar como soy en un 90% es pretty darn good y no cambiaría ni por un momento haber sido “gordita” por que eso me ayudó a ser mas compasiva, a no burlarme de los demás, a tener mas cuidado de no decir nada que ofenda a nadie, a aceptar a la gente como es, a ser la mejor persona que puedo ser o al menos intentarlo y saber que un libro no se juzga por su portada.
Trato de comer saludable y hacer ejercicios devés en cuando, pero no lo hago para pesar 100 lbs lo hago por tener una mejor calidad de vida. No me da la gana de obsesionarme con mi peso, de odiar la comida, de tener algún "eating disorder" de esos que tiene las artistas de Hollywood y se sienten orgullosas de presumir. Puede que si soy mas delgada me vea mucho mejor, puede que no. He decidido ser como soy con todo y chichos, aceptarme así, al fin y al cabo hay muchos que me encuentran linda y quisieran a alguien como yo a su lado (modestia aparte) y muchas que darían lo que fuera por ser como soy por dentro. Mientras eso sea así que se fastidie como soy por fuera…
He dicho!
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