Friday, June 8, 2012

La boda de ella...o sea, la mía.


Tengo algo que contarles que no suelo contar y no creo que me lo vayan a creer. Pero gente, lo que les contaré es 100% verídico. Resulta que luego de varios años con mi novio, seis para ser exacta, decidimos casarnos. Ustedes saben que ese día para las mujeres es uno de los más importantes de su vida, el día que un hombre decidió quedarse contigo “para siempre” y aceptarte con tus defectos y virtudes. Es como si te pegaras en la loto pero en lugar de ganar chavos gastas un montón. Bueno, la cosa es que planificamos la boda con casi todos los “powers”, digo casi todos porque fue una boda de
clase media pagada por nosotros con un poco de ayuda de nuestros papás. 

El proceso de planificación fluyó bastante bien, exceptuando que las sillas que el local había ordenado nunca llegaron y el coordinador cambió la decoración el día antes, que la que me iba a peinar me canceló a última hora porque se enfermó y terminé el mismo día en un beauty de un mall y que la Limosina llegó 2 horas antes a recogerme, todo estaba bastante bien. Luego de casi un año planeando todo, llegó el gran día, el pastor nos casó, llegamos a la recepción donde nos esperaban amigos, familiares y uno que otro colaú. Todo había salido como quería, nada de drama.

Una de las muy pocas fotos que tengo de la boda. Cheesy as cheesy can be.
Comenzó el bembé y tal como yo quería sirvieron la comida rapidito, lo peor es dejar a la gente esmayá en tu boda hasta lo último, eso es cómo tenerlos cautivos ahí y obligarlos a fingir que fueron a la boda solamente porque te quieren. Seamos sinceros, la mayoría de la gente va a las bodas a cachetear! Bueno la cosa es que la gente estaba comiendo y pasándola bien, con musiquita de fondo y eso y mientras, mi reciente esposo y yo saludábamos por las mesas y recogíamos las tarjetas de felicitación (yo quería recogerlas rapidito antes que se emborracharan y se arrepintieran de los $$ que habían echado). 


Entonces entró el coordinador de la boda y nos interrumpió, “Vengan, vamos a lanzar el ramo y la liga”, yo me sorprendí, no iba ni una hora de recepción y ya? “Si nena, es para aprovechar antes que se arruine el maquillaje y eso”… Bueno, todos se formaron a recibir el ramo, se hizo el showcito, lo tiré y entonces le toco a la liga. Mi esposo me bailo, se notaba trinco, medio soso, pero me bailó y tiró la liga…acto seguido se fue corriendo, iba llorando. Yo me quedé fría, pensé “Este se arrepintió ya?”. Comencé a caminar asustada hacía mi mamá y mi tia que estaban paradas con cara de horror mirándome con pena.  “Mami, dime que pasa”, mami dice “Se lo decimos?” mi tia con cara de resignación le dice: “Bueno no hay de otra” y así, sin tacto alguno, justo cómo mami sabe dar malas noticias me dice: “Nena, la tia de tu esposo se acaba de morir de un ataque al corazón masivo, hay que cancelar la recepción”! Ahí todo me dio vueltas, me tuve que sentar en una silla, intentar respirar. Me repetía en la mente “Esto es una pesadilla, esto no está pasando”. Acto seguido escucho que mi suegro agarra el micrófono y dice “Buena noches, lamento informarles que la dama que se enfermó allí (señalando a su mesa) era mi hermana, y acaba de fallecer, así que aquí terminó la boda, por favor le vamos a pedir que no se vayan sin comer bizcocho”. Me di cuenta lo que en verdad estaba pasando. La tía se murió mientras estábamos al otro lado del salón, por eso no nos dimos cuenta. Escuchaba a la gente de fondo diciendo: “Bendito”, “Corre recoge que nos vamos” “Mira ya llamé y cancelé la Batucada”, “Diatre tendrán que pagar completo” por lo menos es lo que recuerdo. 

También me viene a la mente yo persiguiendo a la gente con los arreglos de mesa en la mano rogándole que se los llevaran porque, contrario a otras bodas, yo había pagado por ellos. Luego de una hora de recoger y aceptar lo que estaba pasando la familia decidió que nos fuéramos tranquilos a nuestra luna de miel, luego de un poco de resistencia aceptamos.

 Los primeros dos días fueron de aceptar lo que pasó, llorar un poco, y decidir que había cosas más importantes por las que preocuparse, como por ejemplo, comenzar a vivir juntos y acostumbrarnos a eso. El tercer día fluyó mucho mejor, nadamos en la piscina, fuimos a un show de baile y nos divertimos mucho. El cuarto día....bueno, el cuarto día recibí una llamada de mami a las 8:00 a.m, era para decirme que mi abuelito se murió...exacto!! Ya ahí las emociones no resistieron y las lágrimas y el dolor invadieron mi alma, mi abuelito, una de las personas que mas amaba se me había ido. Tuvimos que regresar a Puerto Rico directo a la funeraria. La gente nos miraba con lástima, nos felicitaban por la boda, nos daban las condolencias por nuestros familiares y nosotros digeríamos la semana. Cuando llegamos a nuestra nueva casa nos acostamos a mirar el techo, mi esposo me dice, bueno mi amor, ya lo más difícil pasó, ahora es que comienza el resto de nuestra historia. Siete años más tarde puedo decirles que tenía razón. 

2 comments:

  1. Dios mio!!! La historia es como de novela brazileña!...pero que bueno que a pesar de los obstaculos (que empezaron a llegar 10 minutos despues de firmar los papeles) siguen juntos! Aww!...eso es lo que cuenta!!! :)

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  2. Ajajajajaja de novela Brasileña!!! Ajajajajaja
    Pues si, lo peor ya pasó...o así lo vemos! :)

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