Se ha formado un bochinche de grandes proporciones porque las aspirantes de Miss Universo de Kosovo y Serbia se tomaron una foto abrazadas y la subieron a Facebook. Resulta que, según leí en Wikipedia (si, dije Wikipedia) “el gobierno provisional de Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008 con el apoyo de Estados Unidos y parte de la Unión Europea, instaurando la República de Kosovo. Serbia, Rusia, España y otros países no aceptaron este hecho unilateral ni reconocen a la República de Kosovo como Estado soberano. Actualmente, la comunidad internacional se encuentra dividida entre los países que han reconocido oficialmente la independencia de Kosovo, los que se niegan a reconocerla y los que han declarado su neutralidad o su esperanza de una evolución positiva de los acontecimientos.”
O sea, estas dos tontuelas se atrevieron a olvidarse de las diferencias políticas de sus respectivos países y osaron mirarse como individuos y seres humanos y darse un abrazo público. ¡Que horror! Tanto Serbia como Kosovo están que prenden. La representante de Serbia dice que apoya la posición política de su país y la representante de Kosovo no ha dicho ni papa y mucho menos ha quitado la foto en cuestión de su perfil de Facebook. Ahora están en la mirilla de ambos países, todo por mirar pasada las condiciones políticas y verse a si mismas como personas.
Entonces me siento y pienso que la intolerancia que nos rodea hace que la Tierra tiemble, se sacuda, llore en forma huracanada y se enoje tipo tornado. Y es que los seres humanos no podemos vernos como individuos, si no que tenemos que estar pendientes a buscar venganza, a no tolerar lo que es diferente, a pasar de generación en generación las cadenas de intolerancia que nos atan y detienen nuestra evolución. Se nos olvida que ya pasó, no puede ser cambiado, y que el futuro lo construímos nosotros mismos. Se nos olvida que aunque seas un negrito de pelo rizado ese odio acérrimo que le tienes a los blanquitos puede que sea bien pendejo porque a lo mejor tu tatara tatara tatara abuelo fue un Español de Islas Canarias que se enamoró de la esclava Isaura o que tus ojitos azulitos y tu piel resplandeciente es mierda porque tu tatara tatara abuela fue víctima de violación de un blanquito capatáz y te fuiste blanqueando de generación en generación y te atreves a mirar por encima del hombro al negrito cachendoso que te pasa por el lado.
Somos intolerantes porque este mundo es así completo. En cada país, en cada rincón, queremos ser genuinos pero queremos ser “los mejores” sin tener base alguna para decir qué es mejor que aquello. Las guerras, las peleas, los bochinches de clase, el deseo de tener ese poder pendejo por “dominar” el mundo. Las novelas y películas nos venden la historia de la campesina que se enamora del nene rico y todo lo que sufre por llegar a que la acepten, y siempre, siempre se convierte en rica, jamás gana el amor si se queda como campesina. ¡Uy!
Entonces leo en Infobae.com que unos astrónomos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y del Instituto de Astronomía Max Planck encontraron otro “planeta gemelo” a la Tierra y le llaman HD85512b y me pongo a pensar, si es gemelo y tiene habitantes ¿Serán igual de intolerantes que nosotros? ¿Habrán venido hace unos miles de años atrás a darle una miradita, vieron lo que había y se fueron volando a las millas? ¿Y qué pasa si vienen ahora y ven este desmadre y que cada día esto se pone peor? Y vuelvo y pienso y digo ¿Pero y qué si son más intolerantes que nosotros? Nah, eso sería imposible.